Acompañado por una multitud de feligreses que portaban palmas y ramos de olivo, el padre Fermín recorrió las calles de la comunidad, generando no solo emoción entre los presentes, sino también admiración por la sencillez y el profundo significado de su gesto.
Este acto ha sido calificado como uno de los más significativos dentro de la Prelatura de Chuquibamba. Sin embargo, cabe señalar que no fue el único. En la Parroquia San José de Ocoña, también perteneciente a la misma prelatura, el párroco se montó en un burrito y realizó la misma representación simbólica en medio de la gente, reviviendo de igual manera el momento de la entrada triunfal de Jesús.
La imagen del párroco sobre el burrito, entre cantos y alabanzas, no solo evocó el pasaje bíblico, sino que también fortaleció el sentido comunitario y la fe de los participantes.
Para muchos, esta representación no solo fue una curiosidad, sino un poderoso recordatorio del mensaje de humildad y entrega que marca el inicio de la Semana Santa.

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