El sacerdote lo catalogó como un hombre que cumplió su misión en Viraco, incluso contó que cuando fueron a visitarlo, se le veía mal de salud, pero no de espíritu. A sus 90 años no perdía la alegría.
“Tenía una buena memoria y siempre preguntaba por sus conocidos” “No solo se dedicaba a la formación, sino era un hombre del pueblo” refirió el sacerdote. Una de las anécdotas que le tocó vivir al padre Siju fue cuando lo fue a visitar y el padre Felipe le pidió que le dé la bendición, haciendo reflejar su sencillez y humildad. Para Siju, el padre Felipe es “Un ángel entre los ángeles”.
Sus conocidos y amistades no dejaron de enviar sus condolencias a la familia y compartieron experiencias vividas con el sacerdote. Por otro lado, la Prelatura de Chuquibamba expresó su sentido pesar por esta pérdida irreparable.