CARRUSEL

viernes, 15 de mayo de 2020

Biograf铆a de San Isidro Labrador


Historia:
(Alrededores de Madrid, hacia 1080 - Madrid, 1130) Santo espa帽ol, patrono de la Villa de Madrid y de los agricultores. Aunque no se tienen demasiados datos biogr谩ficos sobre el santo, parece ser que vino al mundo en el seno de una familia humild铆sima, poco antes de la reconquista de Madrid, en una casa situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas.


Qued贸 hu茅rfano muy pronto, as铆 que el joven Isidro se busc贸 el sustento con trabajos como el de pocero hasta que finalmente se emple贸 como labrador.

Cuando Al铆, rey de Marruecos, atac贸 Madrid en 1110, Isidro hizo como muchos otros y se traslad贸 a Torrelaguna, donde continu贸 con el mismo g茅nero de vida, dedicada al trabajo y a la oraci贸n, que hab铆a llevado hasta el momento.

Fue precisamente en la parroquia de esta localidad donde contrajo matrimonio con una joven llamada Mar铆a, natural de Uceda, cuya dote matrimonial fue una heredad en su pueblo natal, lo que fue causa de que los esposos se establecieran all铆 para trabajar las tierras por cuenta propia.

Aunque Isidro era piadoso y devoto, su esposa no le iba a la zaga a este respecto, ni tampoco en cuanto a laboriosidad, todo lo cual hizo -seg煤n la leyenda- que se granjearan la predilecci贸n de Dios, que los benefici贸 con su ayuda innumerables veces, como cuando salv贸 milagrosamente a su hijo 煤nico que hab铆a ca铆do en un profundo pozo o cuando permiti贸 a Mar铆a pasar a pie enjuto sobre el r铆o Jarama y as铆 librarse de los infundios de infidelidad que contra ella lanzaban las gentes.

En 1119, Isidro volvi贸 de nuevo a Madrid, y entr贸 a trabajar como jornalero agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableci贸 su morada junto a la Iglesia de San Andr茅s, donde o铆a la misa del alba todas las ma帽anas y, luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patr贸n estaban del otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de roturar la tierra con el arado. Se dice de 茅l que daba cuanto ten铆a a los menesterosos, y a煤n a las palomas hambrientas ced铆a las migas de pan de las que se alimentaba.

Con el correr del tiempo decidieron los esposos separarse para llevar una vida de mayor santidad; march贸 as铆 Isidro a Madrid, mientras Mar铆a quedaba en Caraquiz consagrada al cuidado de la ermita, la cual barr铆a y aseaba diariamente, al tiempo que ped铆a limosna para costear el aceite que alumbraba la imagen. La separaci贸n dur贸 hasta la 煤ltima enfermedad del santo, cuando Mar铆a tuvo noticia por un 谩ngel de la muerte de su marido. Corri贸 presta a la Villa y no se separ贸 del lado de su esposo hasta que 茅ste exhal贸 su 煤ltimo aliento. Luego volvi贸 a Caraquiz y, despu茅s de unos a帽os, tambi茅n muri贸.

A Isidro, como pobre de solemnidad que era, se le enterr贸 en el cementerio de la parroquia de San Andr茅s, en una tosca caja de madera sin cepillar. Transcurridos cuarenta a帽os, como los prodigios de Isidro segu铆an corriendo de boca en boca, ante la insistencia del pueblo, se exhum贸 el cuerpo y se le dio sepultura en el interior del templo.

Se vio entonces que, a pesar del tiempo transcurrido y de haber estado expuesto a las inclemencias meteorol贸gicas, todav铆a se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo, prodigio que se ha podido comprobar en las m煤ltiples traslaciones que de su cuerpo se han hecho.

Cuando Alfonso VIII vino a Madrid tras haber derrotado al moro en las Navas de Tolosa, orden贸 que el cuerpo fuera colocado en un arca bellamente policromada con escenas de la vida de Isidro. La beatificaci贸n, pronunciada por Paulo V el 14 de junio de 1619, a instancias de Felipe III, fue acontecimiento largo tiempo esperado por el pueblo madrile帽o; para conmemorar el evento se celebraron grandes festejos, en el transcurso de los cuales se inaugur贸 la plaza Mayor.

El 19 de junio de 1622, Isidro, que en la memoria del pueblo ya era santo, fue canonizado por el papa Gregorio XV, junto a Santa Teresa de Jes煤s, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. En 1657 el arquitecto fray Diego de Madrid comenz贸 a levantar la capilla de San Isidro -primer ejemplo del barroco madrile帽o-, aneja a la iglesia de San Andr茅s, destinada a contener la urna del santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669.

El 4 de febrero de 1789, Carlos III orden贸 que la urna fuera instalada en el antiguo Colegio Imperial, que pas贸 a llamarse entonces Iglesia Real de San Isidro, y que luego ser铆a la catedral de Madrid.


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