CARRUSEL

domingo, 29 de abril de 2018

Estas son las 7 tentaciones que todo consagrado debe vencer, seg煤n el Papa Francisco


En abril de 2017, durante el 煤ltimo d铆a de su viaje apost贸lico a Egipto, el Papa Francisco se encontr贸 con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas para orar juntos en el Seminario Al-Maadi y reflexionar sobre 7 de las tentaciones que todo consagrado debe vencer mediante una vida enraizada en Cristo:

  1. La tentaci贸n de dejarse arrastrar y no guiar.
  2. La tentaci贸n de quejarse continuamente.
  3. La tentaci贸n de la murmuraci贸n y de la envidia.
  4. La tentaci贸n de compararse con los dem谩s.
  5. La tentaci贸n del “faraonismo”, es decir, de endurecer el coraz贸n y cerrarlo al Se帽or y a los dem谩s.
  6. La tentaci贸n del individualismo.
  7. La tentaci贸n del caminar sin rumbo y sin meta.
El Santo Padre afirm贸 que el consagrado “no puede dejarse arrastrar por la desilusi贸n y el pesimismo”. El consagrado, explic贸, “es aquel que con la unci贸n del Esp铆ritu transforma cada obst谩culo en una oportunidad, y no cada dificultad en una excusa”.

“El peligro es grave cuando el consagrado, en lugar de ayudar a los peque帽os a crecer y de regocijarse con el 茅xito de sus hermanos y hermanas, se deja dominar por la envidia”, advirti贸. “La envidia es un c谩ncer que destruye en poco tiempo cualquier organismo”.

Tambi茅n indic贸 que “compararnos con los que est谩n mejor nos lleva con frecuencia a caer en el resentimiento; compararnos con los que est谩n peor, nos lleva, a menudo, a caer en la soberbia y en la pereza”. Adem谩s, subray贸 la importancia de la identidad, porque “el consagrado, si no tiene una clara y s贸lida identidad, camina sin rumbo y, en lugar de guiar a los dem谩s, los dispersa”.

En su discurso, el Obispo de Roma transmiti贸 un mensaje de 谩nimo al clero, a los religiosos, religiosas y seminaristas: “No teng谩is miedo al peso de cada d铆a, al peso de las circunstancias dif铆ciles por las que algunos de vosotros ten茅is que atravesar. Nosotros veneramos la Santa Cruz, que es signo e instrumento de nuestra salvaci贸n. Quien huye de la Cruz, escapa de la resurrecci贸n”.

El Pont铆fice explic贸 que “se trata de creer, de dar testimonio de la verdad, de sembrar y cultivar sin esperar ver la cosecha. De hecho, nosotros cosechamos los frutos que han sembrado muchos otros hermanos, consagrados y no consagrados, que han trabajado generosamente en la vi帽a del Se帽or. Vuestra historia est谩 llena de ellos”.

En este sentido les exhort贸 a ser “luz y sal de la sociedad” frente al pesimismo: “En medio de tantos motivos para desanimarse, de numerosos profetas de destrucci贸n y de condena, de tantas voces negativas y desesperadas, sed una fuerza positiva, sed la luz y la sal de esta sociedad, la locomotora que empuja el tren hacia adelante, llev谩ndolo hacia la meta, sed sembradores de esperanza, constructores de puentes y art铆fices de di谩logo y de concordia”.

“Todo esto ser谩 posible si la persona consagrada no cede a las tentaciones que encuentra cada d铆a en su camino”, advirti贸. Explic贸 que “hacer frente a estas tentaciones no es f谩cil, pero es posible si estamos injertados en Jes煤s”.

“Cuanto m谩s enraizados estemos en Cristo, m谩s vivos y fecundos seremos. As铆 el consagrado conservar谩 la maravilla, la pasi贸n del primer encuentro, la atracci贸n y la gratitud en su vida con Dios y en su misi贸n. La calidad de nuestra consagraci贸n depende de c贸mo sea nuestra vida espiritual”.

“Os exhorto, por tanto, a sacar provecho del ejemplo de San Pablo el eremita, de San Antonio Abad, de los santos Padres del desierto y de los numerosos monjes que con su vida y ejemplo han abierto las puertas del cielo a muchos hermanos y hermanas; de este modo, tambi茅n vosotros ser茅is sal y luz, es decir, motivo de salvaci贸n para vosotros mismos y para todos los dem谩s, creyentes y no creyentes y, especialmente, para los 煤ltimos, los necesitados, los abandonados y los descartados”, afirm贸.