Hoy 30 de agosto se celebra la fiesta de Santa Rosa de Lima, patrona de las Am茅ricas, Indias y Filipinas. La primera Santa de Am茅rica sol铆a decir: “cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jes煤s”.
Isabel Flores de Oliva naci贸 en Lima (Per煤) el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo a帽o. Aunque su nombre verdadero era Isabel, en honor a su abuela materna, una india que serv铆a a la familia la llamaba Rosa debido a que la ni帽a ten铆a una extraordinaria belleza. Solamente sus parientes se dirig铆an a ella con ese nombre.
Junto a su hermana Fernando recibi贸 una esmerada educaci贸n, algo excepcional para su 茅poca, y tuvo una profunda formaci贸n espiritual.
Cuando ten铆a once a帽os, su padre fracas贸 en la explotaci贸n de una mina y la familia enfrent贸 problemas econ贸micos. Se mudaron a Quives, un pueblo cerca de Lima.
En 1597, Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, le administr贸 el sacramento de la confirmaci贸n y la llam贸 Rosa.
Al cumplir 20 a帽os, la familia volvi贸 a la capital. Isabel trabajaba todo el d铆a en el huerto y durante la noche cos铆a ropa de familias pudientes para colaborar con el sostenimiento de su casa. A pesar de las dificultades, era una mujer feliz.
Su intenso amor por el Crucificado la llev贸 a hacer un voto de virginidad. Consciente de su belleza, la Santa se restregaba la piel con pimienta para desfigurarse. En una ocasi贸n, su madre le puso una corona de flores en la cabeza para lucirla ante unas visitas. Rosa se clav贸 una de las horquillas para hacer penitencia por esa vanidad.
Otro d铆a una mujer destac贸 la suavidad de sus manos y la finura de sus dedos. Inmediatamente la joven se tall贸 las manos con barro. Santa Rosa de Lima luch贸 para arrancar el amor propio y la vanidad de su coraz贸n. Realizaba intensos ayunos y pasaba las noches en vela haciendo oraci贸n.
Se mortificaba con una cinta de plata alrededor de su cabeza, cuyo interior estaba lleno de puntas, para compartir los sufrimientos de Cristo con la corona de espinas.
Sus padre intentaron casarla pero ella defendi贸 su vocaci贸n. El 10 de agosto de 1606 ingres贸 como Terciaria en la Orden de Santo Domingo, imitando a Santa Catalina de Siena, su maestra espiritual. Por sugerencia de un sacerdote, acept贸 que la llamaran Rosa de Santa Mar铆a.
Con la ayuda de su hermano Fernando construy贸 una ermita en un rinc贸n del huerto de su casa donde oraba y realizaba sus mortificaciones. Ah铆 de jueves a s谩bado ten铆a experiencias m铆sticas y experimentaba los sufrimientos de la Pasi贸n.
Santa Rosa sal铆a de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario y para atender a los enfermos y a los esclavos. En estas labores era acompa帽ada por San Mart铆n de Porres. Ambos santos fueron amigos y los enfermos acud铆an a ellos para buscar la sanaci贸n.
Su amor a Dios era tan ardiente que su tono de voz cambiaba y su rostro se encend铆a cuando hablaba de 脡l, lo que reflejaba el sentimiento que embargaba su alma. Lo mismo suced铆a al estar en presencia del Sant铆simo Sacramento y cuando comulgaba.
Santa Rosa sufri贸 la persecuci贸n y burla de sus amigos y familiares durante muchos a帽os. Esta situaci贸n le causaba una profunda desolaci贸n espiritual. Tambi茅n era tentada constantemente por el demonio.
En 1615, un grupo de piratas quiso atacar la ciudad de Lima. Cuando ya estaban en el puerto del Callao, Santa Rosa y otras mujeres fueron a la iglesia de la Virgen del Rosario para rezar ante el Sant铆simo Sacramento. Incluso la Santa puso su cuerpo delante del sagrario para protegerlo.
D铆as despu茅s muri贸 el capit谩n de los piratas y estos se alejaron de la ciudad. Todos los lime帽os atribuyeron este “milagro” a Rosa.
La salud de la Santa decay贸 y fue a vivir con un matrimonio muy piadoso, Don Gonzalo de Massa y su mujer Do帽a Mar铆a Uzategui. La pareja la consideraba como una hija y la cuidaron durante tres a帽os hasta su muerte.
En medio de los sufrimientos, la joven oraba: “Se帽or, aum茅ntame los sufrimientos, pero aum茅ntame en la misma medida tu amor”.
En el a帽o 1617, durante el Domingo de Ramos ocurri贸 su “desposorio m铆stico”. Mientras oraba delante de la Virgen del Rosario, el Ni帽o Jes煤s le dijo: “Rosa de mi Coraz贸n, yo te quiero por esposa”. Ella le respondi贸: “Se帽or, aqu铆 tienes a tu in煤til esclava; tuya soy y tuya ser茅 para siempre.
En la Iglesia de Santo Domingo en el centro de Lima se conserva la loseta sobre la cual estaba de pie la Santa cuando sucedi贸 el desposorio.
Santa Rosa de Lima muri贸 el 24 de agosto de 1617 a los 31 a帽os. Durante su entierro, toda la ciudad se despidi贸 de ella. Entre los asistentes se encontraban altas autoridades eclesi谩sticas, pol铆ticas y el virrey.
Muchas personas se acercaban al cad谩ver para arrancar un trocito de su h谩bito y tenerlo como una reliquia. Al final los guardias tuvieron que dispersar a la gente porque ya llegaron incluso a arrancarle un dedo del pie.
Fue sepultada en el claustro del Convento de los Dominicos y en 1619 en la capilla Santa Catalina de Siena. Su cr谩neo se encuentra en la iglesia de Santo Domingo junto a los cr谩neos de San Mart铆n de Porres y San Juan Mac铆as.
Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirti贸 en la primera Santa de Am茅rica. El mismo Pont铆fice la declar贸 patrona principal del Nuevo Mundo (Am茅rica), Filipinas e Indias Occidentales.
"Probablemente no ha habido en Am茅rica un misionero que con sus predicaciones haya logrado m谩s conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oraci贸n y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.
En 1992 San Juan Pablo II expres贸 que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.
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