Durante la misa jubilar celebrada el pasado sábado en la Catedral de Tacna, monseñor Marco Antonio Cortez Lara, obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, dirigió un contundente llamado de atención a los fieles presentes. Su mensaje estuvo marcado por una fuerte crítica a los excesos cometidos en nombre de la devoción a la Cruz.
El obispo cuestionó el derroche, los gastos innecesarios y el consumo masivo de alcohol durante las celebraciones, refiriéndose incluso a las “miles de cervezas” que suelen acompañar estas fiestas. “Eso no puede ser en nombre de la cruz. El Señor no quiere eso”, exclamó con firmeza.
Recordó que el año anterior se habían encontrado cajas de cerveza ocultas en la plaza Juan Pablo II y calificó tales actos como “blasfemia y sacrilegio”. Pidió no llevar la cruz a lugares donde se termina en la embriaguez y recordó que “la cruz no es una máquina de sacar soles, es lo más respetado para nosotros”.
A pesar del tono enérgico, monseñor Cortez también expresó cercanía con los fieles. “Yo confío en ustedes. Perdónenme si he subido la voz. No quiero resondrarles ni cuerearles, sino animarlos y felicitarlos”, señaló.
Pidió, además, que nadie realizara bailes en los alrededores de la Catedral, recordando que no se había otorgado ninguna autorización para ello. “Si se van a bailar, vayan a bailar a su casa, pero aquí no”, advirtió.
La misa se celebró en vísperas del vigésimo aniversario de su ordenación episcopal, que se cumplió el domingo 4 de mayo. Por ese motivo, solicitó a los fieles que, si deseaban hacerle un regalo, lo hicieran ese mismo sábado, honrando con respeto la solemnidad de la Cruz.
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