El papa Francisco ha regresado al Vaticano tras casi 40 días de hospitalización, un periodo en el que el mundo entero estuvo en vilo por su estado de salud. A pesar de su evidente fragilidad, el pontífice no quiso volver a Casa Santa Marta sin antes realizar una breve parada ante la basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra la imagen de la patrona de Roma, a la que le tiene una profunda devoción.
Desde el interior de su vehículo, Francisco entregó unas flores al cardenal Makrickas, arcipreste coadjuntor del templo, en un gesto cargado de simbolismo y fe. Luego, ingresó al Vaticano por la entrada más cercana a su residencia.
La ciudad de Roma vivió el momento con emoción. "Es el papa de todos, es un papa bueno. Es nuestro papá", expresaban algunos fieles, quienes se congregaron para ver su regreso. Entre ellos, un grupo de peregrinos brasileños compartió su alegría por haber coincidido con el pontífice, a pesar de las dificultades que atravesó durante su enfermedad.
Según indicaron los médicos, Francisco deberá guardar reposo y evitar grandes esfuerzos en los próximos dos meses. Asimismo, se le ha recomendado evitar encuentros con grupos numerosos de fieles para prevenir riesgos de contagio debido a su delicado estado de salud.
Con este retorno al Vaticano, se cierra un capítulo de incertidumbre en el que la Iglesia y millones de personas en el mundo rezaron por su recuperación. Ahora, el papa se prepara para retomar su agenda con las precauciones necesarias, confiando en que su fortaleza y fe le permitirán continuar con su misión pastoral.
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