Uno de los lugares que recibe a miles de personas que buscan la intercesión de Isabel Flores de Oliva, su nombre de nacimiento, es el Santuario de Santa Rosa de Lima, ubicado en el centro histórico de la capital peruana.
Largas filas se forman desde muy temprano, a la espera de poder depositar una carta con las intenciones personales en el llamado “pozo de los deseos” de Santa Rosa, que originalmente proveía de agua a la casa de la familia Flores de Oliva.
Según la tradición, Santa Rosa lanzó a este pozo de 19 metros de profundidad la llave del candado de la cadena que tenía ceñida, una de las varias penitencias que cumplía con la intención de acercarse cada vez más a Dios, expiando sus pecados y los de los demás. La tradición relata que un día, al sufrir un gran dolor, le pidió a Dios que se abriera el candado, pedido al que el Señor respondió para ayudarla.
Sin embargo, existe otra versión de la historia que cuenta que Santa Rosa de Lima nunca lanzó la llave al pozo. El historiador peruano José Antonio del Busto señala que Santa Rosa no lanzó la llave al pozo sino que la confió a Fray Antonio Altamirano, que habría sido su confesor. Este sacerdote debió hacer un viaje y le dio la llave a otro fraile, Diego Gorguerá. Al no saber de esto y al verse necesitada de abrir el candado, Santa Rosa toma una piedra y rompe el candado.
Sin duda la primera historia es la más difundida y es la que habría suscitado que miles de personas se afanen en dejar su carta a Santa Rosa cada 30 de agosto y en los días cercanos a esa fecha.
¿Otro pozo de los deseos?
Santa Rosa de Lima también vivió en la localidad de Quives, en el noreste de la capital peruana, en el kilómetro 63 de la carretera que lleva a la ciudad de Canta, en territorio de la Diócesis de Carabayllo.
En ese lugar, la santa recibió el sacramento de la Confirmación de parte de Santo Toribio de Mogrovejo. El sacramento lo recibió con el nombre de Rosa de Santa María. Tenía 11 años. Allí también existe un pozo, que originalmente sirvió para obtener agua, en donde los fieles dejan sus cartas haciéndole algún pedido a Santa Rosa de Lima.
Sin duda la primera historia es la más difundida y es la que habría suscitado que miles de personas se afanen en dejar su carta a Santa Rosa cada 30 de agosto y en los días cercanos a esa fecha.
¿Otro pozo de los deseos?
Santa Rosa de Lima también vivió en la localidad de Quives, en el noreste de la capital peruana, en el kilómetro 63 de la carretera que lleva a la ciudad de Canta, en territorio de la Diócesis de Carabayllo.
En ese lugar, la santa recibió el sacramento de la Confirmación de parte de Santo Toribio de Mogrovejo. El sacramento lo recibió con el nombre de Rosa de Santa María. Tenía 11 años. Allí también existe un pozo, que originalmente sirvió para obtener agua, en donde los fieles dejan sus cartas haciéndole algún pedido a Santa Rosa de Lima.