viernes, 22 de junio de 2018

Óbolo de San Pedro 2018, "Ayudemos a los más necesitados"

El próximo 1º de julio tendrá lugar la Jornada Mundial de la Caridad del Papa, conocida también como el Óbolo de San Pedro. Con el objetivo de animar a los fieles a sumarse de manera generosa a esta colecta, que tiene lugar todos los años durante el domingo cercano a la fiesta de San Pedro y San Pablo. La publicidad e la campaña 2018 se encuentra publicada en la web: obolosanpedroperu.org

La Prelatura de Chuquibamba con sede en Camaná, se une a la colecta anual que se realizará en todas las sedes, por ello, cada unas de las parroquias de la provincia podrán recibir sus aportes económicos.

Puedes también realizar tus transacciones y/o depósitos económicas a través de las cuentas:
BCP/ CTA. CTE-SOLES 193-1448637-0-95
BCP/ CTA. CTE-DOLARES 193-1448557-1-97

DATO: "El Óbolo de San Pedro es la ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre para que él pueda apoyar a muchas necesidades de la Iglesia Universal, y, sobre todo, para que él pueda ayudar a los más pobres y a los más necesitados".

La Jornada Mundial de la Caridad y Colecta del Papa tiene sus orígenes desde la primitiva comunidad cristiana, tal como está testimoniado en las Sagradas Escrituras, donde se hace referencia a la ayuda espiritual y material que se brindaba, especialmente a los más necesitados.

Como se describe en los Hechos de los Apóstoles 4, 34 - 35: "Así que no había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el producto de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad".

Tras la conversión de los anglosajones a finales del siglo VII, nació la "Denarius Sancti Pedri" o "Limosna a San Pedro", como una manera estable de contribución al Sano Padre, que pronto se difundió en los países europeos.

Con el pontificado de Pío IX, a través de la Encíclica "Saepe Venerabilis" de 5 de agosto de 1871, se amplió el sentido de esta contribución para que fuese voluntaria y dirigida a los fieles católicos del mundo.

La colecta se destina para que el Santo Padre, en nombre de la Iglesia Universal, pueda atender diferentes necesidades, entre ellas obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social alrededor del mundo. De modo especial, la educación católica en aquellos lugares donde no hay recursos para tal fin, y la atención humanitaria en desastres naturales.