Cada 28 de julio, antes que acuda al Congreso de la República, el jefe de Estado asiste a la Catedral de Lima para la celebración de la misa y tedeum que por lo general es encabezado por el arzobispo.
Conocido también como ‘himno ambrosiano’, el tedeum(o te deum por su origen en latín) es un cántico cristiano que implica agradecimiento o celebración.
Por ejemplo, José de San Martín, un día después de proclamar la independencia del Perú asistió a misa para que se cante el tedeum, en agradecimiento a Dios por lo conseguido. En el aniversario de Lima, también se suele entonar el tedeum.
Sin embargo, su uso no solo se da para este tipos de fechas. Por ejemplo, los cardenales entonan el tedeum cuando se elige a un nuevo Papa, ceremonias de canonización,ordenación de presbíteros. El Papa suele entonarlo cada 31 de diciembre, horas antes que acabe el año.
Un error común es creer que la misa que se oficia cada 28 de julio lleva por nombre ‘te deum’. El discurso o sermón que el cardenal suele pronunciar en esta misa se llama homilía.
Letra en español del Te Deum
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios de los ejércitos.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, defensor.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.