viernes, 19 de agosto de 2016

"Pidamosle a Santa Rosa que nos ayude a no traicionar nuestra misión"


El domingo 30 de agosto, el Cardenal Juan Luis Cipriani celebró la Santa Misa en la Basílica Catedral de Lima por la Solemnidad de Santa Rosa de Lima con la asistencia de los miembros de la Policía Nacional del Perú y los representantes del Colegio de Enfermeros.
Durante la homilía, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, recordó la vida de Santa Rosa y señaló que no se obtiene la gracia sin pasar por el dolor de la cruz.

“Es una ocasión para contemplar algunos rasgos de la vida de esta santa que nos pueden inspirar a caminar con Cristo en la Iglesia. Decía Santa Rosa repitiendo en público lo que el Señor le había manifestado: “Oigan pueblos de parte de Cristo, no se adquiere la gracia sin padecer aflicciones”. Hay necesidad de trabajo para conseguir la participación íntima en la divina naturaleza, en la gloria de hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma”, mencionó.

“Lo bueno cuesta, ser buenas personas cuesta y cumplir el deber cuesta. Santa Rosa dice de manera clara que para adquirir esa gracia plena de un Dios que te da paz, fortaleza, serenidad y sabiduría, que para conseguir esa vida del amor de Dios hay que pasar por la tribulación. El camino es angosto, áspero y empinado”, agregó.

El Cardenal Juan Luis indicó a los presentes que todos tienen una misión en la vida pero que no basta con el entrenamiento sino que debían seguir a Cristo para poder cumplirla.
“Dios a cada uno, con nombre y apellido, nos llama a una misión, y eso no solo requiere de una formación o entrenamiento, hace falta convicción interior para ser honestos, leales, sinceros y valientes. No basta el entrenamiento, hace falta que se encienda una condición y es lo que nos dice Santa Rosa: Cristo. Él nos ayuda y nos acompaña. Si quieres cumplir tu misión, si quieres amar tu institución hazlo con Jesús”.

En sus palabras, también invitó a los policías a no desanimarse y a mantener un camino de optimismo por el bien de su institución.

“Yo quiero dar palabra de optimismo a la familia policial. Habrá como en toda institución muchos defectos pero es una institución tutelar, es un pilar fundamental y que es de la sociedad, no es mía ni tuya. Y cumplir con esa misión es muy importante no solo para que ustedes estén contentos sino para cumplir con la Patria. Todas estas palabras solas no generan una conversión, le pedimos a Jesús: bendícelos, protégelos y ayúdalos en todos los rincones que se encuentran”.

Luego, dirigiéndose a los enfermeros y enfermeras, les recordó el gran apostolado que cumplen acompañando a los enfermos.
“Queridos enfermeros y enfermeras ustedes con su compañía, con ese velar junto a los enfermos, con ese aliviar de la soledad, cumplen un deber y hacen un servicio maravilloso. Esas horas en la que los enfermos solo encuentran en aquella compañía, en aquella mano cariñosa y en aquel recurrir a la enfermera, es lo único que les queda. Pues que la sociedad siga teniendo el recurso a esa ternura o servicio”.

Por último, exhortó a todos los presentes a tener como elemento principal a la familia y a dar todo por la misión que Dios le ha encomendado a cada uno.
“El primer elemento es la familia, la felicidad y el cumplir la misión. Por eso, a todos ustedes que hoy se encuentran en la Catedral les pido que sean un estímulo y un ejemplo de trabajo decente. Esta misión les llevara a ser leales, honestos y honrados, y hay que cumplirla hasta la muerte. No son simples palabras cuando uno escoge el camino del sacerdocio, de la policía o de enfermero. Hasta la muerte y si no hay esta decisión traicionamos el compromiso asumido”, culminó.

Estuvieron presentes en la celebración eucarística el Señor José Luis Pérez Guadalupe, Ministro del Interior del Perú; el general Vicente Romero Fernández, Director General de la Policía del Perú; así como demás representantes de la Policía Nacional del Perú y del Colegio de Enfermeros.

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