El 16 de agosto de 2015 se cumplirán 200 años del nacimiento de San Juan Bosco, fundador de la Congregación Salesiana. Es una fecha señalada para la Iglesia y, más especialmente, para la familia salesiana. En todos los lugares donde está presente, se han preparado actos conmemorativos durante los próximos meses. Don Bosco 2015nace con el objetivo de informar sobre todas las actividades relacionadas con la celebración del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
En la apertura del Bicentenario en el Colle Don Bosco, el Rector Mayor de los Salesianos,Don Ángel Fernández Artime, señaló que esta celebración “será una oportunidad para una verdadera renovación espiritual y pastoral en nuestra Familia, una ocasión para hacer más vivo el carisma y hacer tan actual a Don Bosco como siempre lo fue para los jóvenes. Creemos que será una oportunidad para vivir con renovada convicción y fuerza la Misión encomendada, siempre por el bien de los niños y niñas, adolescentes y jóvenesde todo el mundo, en especial quienes más nos necesitan, los más pobres y frágiles“.
Para el Rector Mayor, el Bicentenario será “un tiempo en el que aportar lo que humildemente forma parte de nuestra esencia carismática: nuestro empeño por leer las realidades sociales, especialmente juveniles, que hoy nos tocan”. Además, añadió que frente a los jóvenes es necesario mantener “nuestra fe y plena confianza en ellos, en ellas, en cada joven, en sus posibilidades y capacidades; nuestra certeza en la bondad de su corazón, sea cual haya sido su historia, en la oportunidad que tienen de ser dueños y protagonistas de sus vidas, teniéndonos a su lado si lo aceptan, para desarrollar al máximo sus talentos, su vocación plenamente humana y cristiana”.
San Juan Bosco, Fundador de los Salesianos
31 de Enero
En 1815 nació en Piamonte (Italia). A los dieciséis años, ingresó en el seminario de Chieri y era tan pobre, que debía mendigar para reunir el dinero y los vestidos indispensables. Después de haber recibido el diaconado, Juan Bosco pasó al seminario mayor de Turín y ahí empezó, con la aprobación de sus superiores, a reunir todos los domingos a un grupo de chiquillos abandonados de la ciudad en una especie de escuela y lugar de recreo al que llamó "Oratorio Festivo".
El primer puesto que ocupó Don Bosco fue el de capellán auxiliar en una casa de refugio para muchachas, que había fundado la marquesa di Barola.
Tiempo después, acabó una escuela nocturna, y como el oratorio estaba lleno, abrió otros dos centros en otros tantos barrios de Turín. Por la misma época, empezó a dar alojamiento a los niños abandonados. Al poco tiempo, había ya cuarenta chicos, la mayoría aprendices, que vivían con Don Bosco y su madre en el barrio de Valdocco. Cayó pronto en la cuenta que todo el bien que hacía por sus chicos, se perdía con las malas influencias del exterior, y decidió construir sus propios talleres de aprendizaje. Los dos primeros fueron inaugurados en 1853. En 1856, había ya 150 internos, cuatro talleres, una imprenta, cuatro clases de latín y diez sacerdotes. Los externos eran 500. En diciembre de 1859, Don Bosco y sus 22 compañeros decidieron finalmente organizar la congregación, cuyas reglas habían sido aprobadas por Pío IX. Pero la aprobación definitiva no llegó sino hasta 15 años después. La orden creció rápidamente: en 1863 habían 39 salesianos, a la muerte del fundador eran ya 768. El siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una congregación femenina. La congregación quedó inaugurada en 1872, con la toma del hábito de 27 jóvenes a las que el santo llamó Hijas de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos.
Don Bosco realizó uno de sus sueños al enviar sus primeros misioneros a la Patagonia. Poco a poco los salesianos se extendieron por toda América del Sur. Tenían 36 casas en el Nuevo Mundo y 38 en Europa.
Las instituciones salesianas en la actualidad comprenden escuelas primaria y segunda enseñanza, seminarios, escuelas para adultos, escuelas técnicas y de agricultura, talleres de imprenta y librería, hospitales, etc. sin omitir las misiones y el trabajo pastoral.
Don Bosco murió el 31 de enero de 1888. Su canonización tuvo lugar en 1934.
María Auxiliadora y San Juan Bosco
Una historia sobre la total confianza de Don Bosco en los cuidados maternales de Nuestra Madre María
San Juan Bosco necesitaba construir una Iglesia en honor a María Auxiliadora, pero no tenía nada de dinero. Se lanzó, pero las deudas también se lanzaron sobre él. Para conseguir dinero en un momento en que no podía retrasar más los pagos, un día le dijo a la Virgen:
¡Madre mía! Yo he hecho tantas veces lo que tú me has pedido… ¿Consentirás en hacer hoy lo que yo te voy a pedir?
Con la sensación de que la Virgen se ha puesto en sus manos, don Bosco penetra en el palacio de un enfermo que tenía bastante dinero pero que también era bastante tacaño. Este enfermo, que hace tres años vive crucificado por los dolores y no podía siquiera moverse de la cama, al ver a don Bosco le dijo:
Si yo pudiera sentirme aliviado, haría algo por usted.
Muchas gracias; su deseo llega en el momento oportuno; necesito precisamente ahora tres mil liras.
Está bien; obténgame siquiera un alivio, y a fin de año se las daré.
Es que yo las necesito ahora mismo. El enfermo cambia con mucho dolor de postura, y mirando fijamente a don Bosco, le dice:
¿Ahora? Tendría que salir, ir yo mismo al Banco Nacional, negociar unas cédulas ¡ya ve!, es imposible.
No, señor, es muy posible replica don Bosco mirando su reloj. Son las dos de la tarde… Levántese, vístase y vamos allá dando gracias a María Auxiliadora.
¡Este hombre está chiflado! Protesta el viejo entre las cobijas. Hace tres años que no me muevo en la cama sin dar gritos de dolor, ¿y usted dice que me levante? ¡Imposible!.
Imposible para usted, pero no para Dios… ¡Ánimo! Haga la prueba.
Al rumor de las voces han acudido varios parientes, la habitación está llena. Todos piensan de don Bosco lo mismo que el enfermo: que está chiflado.
Traigan la ropa del señor, que va a vestirse dice don Bosco, y hagan preparar el coche, porque va a salir. Entretanto, nosotros recemos. Llega el médico.
¿Qué imprudencia está por cometer señor mío?
Pero ya el enfermo no escuchaba más que a don Bosco; se arroja de la cama y empieza a vestirse solo, y solo, ante los ojos maravillados de sus parientes, sale de la habitación y baja las escaleras y sube al coche. Detrás de él, don Bosco.
¡Cochero, al Banco Nacional! Ya la gente no se acuerda de él: llevaba tres años sin salir a la calle. Vende sus cédulas y entrega a don Bosco sus tres mil liras.
Pbro. José Pedro Manglano Castellary
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