domingo, 14 de junio de 2015

San Antonio de Padua, Doctor de la Iglesia

Nació en Portugal en 1195 en una familia de la nobleza. Desde niño se consagró a la Santísima Virgen. En su juventud fue atacado por las pasiones sensuales pero con ayuda de Dios las dominó, encontrando su fortaleza en las visitas al Santísimo.
Fue admitido en los franciscanos a inicios de 1221, participó en Asís del capítulo general de la orden de ese año y más adelante fue enviado a predicar en diversas ciudades, obteniendo un gran éxito en la conversión de los herejes.
Como la gente buscaba estar cerca de él y algunos le arrancaban pedazos de su hábito, se le asignó un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones. En ocasiones predicaba en plazas y mercados. Bastaba su presencia para que los pecadores cayesen de rodillas a sus pies.
Se trasladó a Padua, donde ya había trabajado anteriormente. Denunció y combatió el vicio de la usura pero poco a poco la salud de San Antonio se fue deteriorando y se retiró a descansar a los bosques. Al sentir que su vida llegaba a su término, pidió regresar a Padua, pero solo llegó hasta los límites de la ciudad.
El 13 de junio de 1231 recibió los últimos sacramentos, entonó un canto a la Virgen y antes de partir a la Casa del Padre, dijo sonriente: "Veo venir a Nuestro Señor". Fue canonizado sin que haya transcurrido un año de su muerte por el Papa Gregorio IX  y declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XII.
Un hombre retó a San Antonio a probar que Jesús estaba en la Eucaristía y dejó sin comer tres días a su mula. Llevó al animal al templo y le mostró pasto fresco, pero la mula prefirió ir con el Santo, que se encontraba al lado con una hostia consagrada, y se arrodilló.
Los objetos perdidos
A San Antonio se le invoca para encontrar objetos perdidos tal vez porque cierto día un novicio huyó del convento con un salterio que usaba el Santo. San Antonio oró para recuperar su libro y el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar y devolver lo robado.
Se dice que en una ocasión, mientras oraba, se le apareció el niño Jesús y lo sostuvo en sus brazos. Muchos fieles acuden a San Antonio para que interceda para hallar un buen esposo o esposa. Es patrono de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos y papeleros.
Oración a San Antonio de Padua

Trece minutos con San Antonio
Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:
Trece minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios. Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente escuchados.
Hoy que es un día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones, poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas!
Espero Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres.
Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto.
Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.

Una oración breve

Ampárame en esta hora,
¡oh San Antonio amado!
Bajo tu acción bienhechora,
halla alivio el desgraciado.
El enfermo y el desvalido
y el que en la cárcel se ve
son por ti favorecidos
cuando te invocan con fe.
Yo, con toda confianza,
te invoco en esta ocasión,
y vivo con la esperanza
de obtener tu protección.

Los trece martes a San Antonio

Por haber obrado el Santo Taumaturgo de Padua el martes siguiente al día de su muerte, tantos milagros que cuantos le invocaron recibieron consuelo, sus devotos le han consagrado la devoción de los trece martes.
Esta práctica se extendió más cuando el mismo Santo la recomendó a una señora de Bolonia si deseaba lograr sus gracias y favores, llegando a su apogeo al conceder León XIII, el 3 de julio de 1898 indulgencia plenaria a todos los fieles que, recibidos los Santos Sacramentos, visitaren una Iglesia franciscana y al enriquecerla el 1 de marzo de 1899 con una indulgencia plenaria para cada uno de los trece martes o domingos consecutivos, en los cuales los fieles recibieran los Santos Sacramentos y practicaran en obsequio del Santo, algún piadoso ejercicio de piedad.
1º Martes.- Considera el candor e inocencia de vida que, desde su infancia guardó San Antonio de Padua. Pide al Santo de los milagros, que te alcance del Señor la pureza de alma y cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
2º Martes.- Considera el menosprecio en que tuvo San Antonio las riquezas y los honores de este mundo, al entrar en religión para consagrarse a Dios. Pide al Santo que te alcance la victoria contra los enemigos de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
3º Martes.- Considera el celo de San Antonio, consagrado en la Orden Franciscana a la evangelización de los pueblos, para llevar almas a Dios. Pide al Santo que te alcance la gracia de cumplir con tus deberes cristianos y tus buenos propósitos ofrecidos al Señor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
4º Martes.- Admira la humildad profunda del Taumaturgo de Padua, a pesar de los tesoros de gracia y de ciencia de que estaba adornado. Pide al Santo la singular merced de conservarte humilde a los ojos de Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
5º Martes.- Pondera el notable don de ciencia que poseyó San Antonio y que reveló el mismo Señor para provecho de las almas. Pide al Santo que te alcance una Fe viva y un conocimiento perfecto de la ciencia que lleva a Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
6º Martes.- Considera la singular eficacia de la predicación de San Antonio en la conversión de los herejes y pecadores. Pídele que te alcance la piedad y humilde sujeción necesaria para salvar tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
7º Martes.- Considera el amor y la ternura de San Antonio en socorrer a los desvalidos y desgraciados. Ruega al Santo que te ayude en tus necesidades del alma y del cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
8º Martes.- Admira los portentosos milagros que obró San Antonio durante su vida mortal. Pídele que te obtenga el amor de Dios y que sepas dar al prójimo el óbolo de la caridad y buen consejo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
9º Martes.- Considera la confianza en Dios que tuvo San Antonio y el respeto a la Palabra Evangélica, al predicar a los peces para confusión de los herejes. Pide al Santo la gracia de escuchar con devoción la Divina Palabra, para que fructifique en tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
10º Martes.- Pondera la devoción que siempre profesó San Antonio a Nuestra Santísima Madre María, mereciendo su visita y sus gracias. Ruega al Santo que te alcance igual amor y confianza en Nuestra Bendita Madre.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
11º Martes.- Considera la suma reverencia de San Antonio al Santísimo Sacramento, obligando a los irracionales a postrarse ante la Hostia Consagrada. Pide la gracia de que recibas siempre con fervor la Sagrada Eucaristía y asistas a la Santa Misa con profunda adoración.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
12º Martes.- Recuerda la heroica paciencia de San Antonio en sus enfermedades y el gran deseo de verse libre de los lazos de este mundo para ir al cielo, muriendo a los 36 años, consumido en amor de Dios. Pídele que en la hora de la muerte tengas la dicha de recibir los Últimos Sacramentos y pronuncies los dulces nombres de Jesús, María y José.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
13º Martes.- Considera las muchas obras que nos ha dejado nuestro glorioso Santo, para que podamos obsequiarle y alcanzar sus favores y gracias en esta vida. Pídele que sepas aprovecharte de tales gracias para gloria de Dios y de la Santísima Virgen, honra del Santo y provecho de tu alma.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Responso.
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