La fiesta religiosa de la Virgen de la Asunta se celebra el 15 de agosto en el distrito de Mariscal Cáceres - San José.
La celebración se inicia el 1 de agosto con el anuncio de fiesta y, en ese momento, comienza la quincena a la Virgen de la Asunta. Durante 16 días se celebra la santa misa, ofrecida por las familias que se han consagrado ante la imagen de la Virgen. El 14 de agosto el día comienza con el anuncio de vísperas y con la tradicional Entrada de Capos; luego se realiza una gran tómbola y se oficia la misa de vísperas. Posteriormente, se comparte una chocolatada ofrecida por la familia devota de ese día.
Esa noche también se presentan grupos de danzas y se procede a quemar la troya. Además, se vende el dulce conocido como diana y se practica el juego del choclón.
El 15 de agosto, día principal de la celebración, se inicia con la salva de 21 cañonazos. Luego se celebra la solemne santa misa en honor a la Santísima Virgen de la Asunta. Por la tarde, la imagen de la Virgen de la Asunta sale de su iglesia en procesión para recorrer las principales calles de San José. A este acto religioso asisten las principales autoridades políticas, religiosas y educativas del distrito, acompañadas de los fieles devotos de la Virgen.
El 16 de agosto se oficia una misa de bendición y, seguidamente, se realiza la procesión con la imagen de la Virgen. La solemnidad de la Virgen de la Asunta es una fiesta muy importante en Camaná y, especialmente, en el distrito de Mariscal Cáceres - San José, pues todos los fieles devotos se reúnen con profunda fe en nuestra Señora Inmaculada.
Historia
Remontándonos a la historia de esta festividad, existe una versión que grafica la profunda veneración que el pueblo de San José, en el valle de Camaná (Arequipa), profesa a la Virgen de la Asunta.
El 13 de agosto de 1968 ocurrió un gran terremoto, que tuvo como consecuencia la salida del mar, el cual invadió el anexo de Chule y pronto comenzó a ocupar la plaza de San José.
Los pobladores, al darse cuenta de este hecho natural, procedieron a evacuar y buscar refugio, descontrolados por el pánico. Como las partes altas estaban muy lejos del lugar, no les quedó más alternativa que cobijarse en la iglesia. Las plegarias no parecían suficientes para aplacar la ira de la naturaleza. Arriesgando sus vidas, sacaron la imagen en procesión por las calles y oraron con más fervor que nunca, pues la fe en Dios se había debilitado hacía ya mucho tiempo, y en la Virgen aún más.
Así caminaban todos, cabizbajos y absortos en sus plegarias, cuando levantaron la vista hacia la imagen y observaron que la Virgen había levantado el brazo en alto. En ese momento vieron que las aguas del mar regresaban a su cauce. Desde entonces, la población de San José celebra con gran devoción a la Virgen de la Asunta cada 15 de agosto.




