lunes, 2 de mayo de 2011

Oración a San Isidro Labrador





Bienaventurado Isidro,
que habitas hoy la celestial morada
en justo premio de tu singular piedad,
caritativo celo y santidad de vida,
sin que para practicar dichas virtudes 
fueran obstáculo las ocupaciones 
a que tenías que dedicarte 
para ganar el necesario sustento, 
tanto para ti, como para tu venerada esposa, 
María de la Cabeza: 
te suplicamos que seas nuestro intercesor 
para con el Altísimo, 
a fin de que este divino Señor 
se apiade de nuestras miserias, 
y, por un acto de su infinita bondad, 
nos conceda vivir en paz en esta vida, 
y que gocemos en la otra 
las eternas delicias de la gloria. 

Por Jesucristo, nuestro Señor.